El Perdón y la Liberación de las Consecuencias que trae el Pecado a este mundo, no son la misma cosa
- Allan Cascante Alvarez
- Mar 17, 2017
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En el tiempo que salen los reyes a la guerra, El Rey David se quedó en su casa??? en Jerusalén, así como lo leen! y en su flojera, vio a una mujer bañándose. Era hermosa. Su nombre era Betsabé cuyo esposo era Urías heteo, este sí se había ido a la guerra. David dejó que su codicia controlara la situación y la mandó a buscar para unirse sexualmente con ella. Ella quedó embarazada. Cuando Natan el profeta de Dios confronta a David y le hace ver su pecado. David con rápida afirmación y dolor indicó “Pequé contra Jehová”. Pero de igual forma, rápidamente el profeta le confirma “También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás”. El arrepentimiento de David fue desde lo más profundo de su corazón. Mostro un corazón humillado y contrito, arrepentido por su pecado, por lo tanto Dios lo perdonó. Pero el perdón del pecado no equivale a que seamos liberados de las consecuencias del pecado en esta vida. Cuando a David se le aseguró que con respecto a su posición ante el Señor había sido perdonado, al mismo tiempo se le advirtió que las tristes consecuencias de aquel pecado afectarían al resto de su vida. Básicamente las tragedias de la vida de David se inician a partir de este punto y sobre todo se marcan más drásticamente en las vidas de sus propios hijos. Hoy en día hay muchos ministros y líderes que se quedan en sus “casas”, como creyendo que todo esta bien, cuando estamos en tiempos de gran guerra espiritual por la multiplicación de la maldad en la tierra. Mucho cuidado, muchos negligentes como David, aunque sabiendo la verdad, han estado desapercibidos y se han dejado llevar por sus deseos y han pecado continuamente contra Dios, tal vez ya se han arrepentido de todo corazón ante Dios y Dios les ha perdonado, pero desafortunadamente las consecuencias de sus pecados marcarán sus vidas por siempre. El último periodo de la vida de David fue en decadencia afectando principalmente a sus hijos. Todo esto debido a su pecado, a su desobediencia, aunque Dios le había perdonado. Este es un llamado a todo hijo de Dios de procurar no jugar con el pecado. Las consecuencias del pecado pueden ser fatales, no solo para ti, sino también para tus hijos… aunque Dios te perdone, tendrás que lidiar con ellas.

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